Las figuras que pertenecen a la serie del toreo, con sus caballos, alguaciles, toreros, picadores, banderilleros, arrastres, Tancredo, salto de la garrocha, toros, son de las más antiguas de Casanellas y se fabricaron en dos tamaños, el de bulto o 45 mm. y el Extra de 54 mm. En un impreso fechado en 1901 ya aparecen representadas algunas figuras de tamaño bulto: caballo y picador con el toro embistiendo, torero con estoque y toro parado y torero citando, lo que da a suponer que posiblemente ya se fabricaban con anterioridad, posiblemente desde 1893 o antes, al igual que el resto de las figuras que se ven en el grabado.

Los moldes son de bronce. Normalmente para una figura sencilla hay un molde para el cuerpo y otro para la cabeza. Los moldes más complejos suelen ser los de los caballos, especialmente aquellos que están en movimiento, suelen precisar de pequeñas piezas accesorias para definir bien la barriga, el espacio entre las patas, las orejas y los posibles orificios para pasar las riendas o para el asiento del jinete
La pintura para las piezas de esta serie es de las más vistosas, ya que intentan reproducir los «trajes de luces» de los toreros, con sus vivos colores, dorados y plateados, bordados y en algunos casos lentejuelas.
El tamaño bulto
En el tamaño bulto llegaron a hacerse hasta 25 piezas diferentes: tres tipos de caballos, uno para el alguacil y dos para los picadores, de paseo y en acción con sus jinetes correspondientes. Las figuras de los toreros incluyen el torero con la capa recogida para el «paseillo» ante las autoridades, el torero con la capa caída en su brazo derecho, el torero con la capa detrás, el torero con la capa delante citando, el torero con la capa lateral i el torero con el estoque de espada. También tenemos los banderilleros en tres posiciones: con las banderillas altas, bajas y en posición de ataque. El toro está representado en tres posiciones: parado, en ataque y muerto. Para cerrar el tema tenemos las figuras del arrastre, con dos tipos de caballos diferentes, el mozo que tira de las riendas de los caballos y el mozo con el látigo, además del toro muerto ya citado.
Podemos ver a continuación las fotografías de la Serie 14. Toreros de Lidia. del catálogo de «La Guerra» que incorporan buena parte de estas figuras en bulto que ya se fabricaban en 1914. Contamos un total de 18 figuras diferentes.

A continuación veremos los moldes con los que se creó ya a finales del siglo XIX el conjunto básico de figuras para el arte del toreo. Nos fijamos en los dos moldes que siguen que los cuernos del toro no están incorporados, pero que para definir bien la cabeza y la zona entre las patas delanteras el molde puede llevar piezas complementarias. En ambos casos el toro sale ya del molde con una barra que une las patas delanteras y que además de dar mayor estabilidad facilitaba también el cosido a las cajas.



En la fotografía superior vemos el molde del matador o «estoque» y observamos como el vacío de la cabeza fue añadido con posterioridad al molde, de esta manera una vez abierto la figura estaba completa, solo debía girarse la capa para que junto con los dos pies, uno de ellos con postizo, sustentara la figura. La espada o estoque se soldaba después. Con el molde inferior se fundían a la vez los estoques, la bolea para el arrastre del toro y la puntilla, puñal corto con que se remata el toro.


Los cuernos para las tres figuras del toro: parado, embistiendo y muerto, se hacían en este molde y se soldaban después a la figura. Salen con lo que llamamos la «colada» parte del plomo que después debe cortarse para dejar libres las piezas de los cuernos. El molde que sigue, el del toro muerto, lleva una pieza complementaria para definir la cabeza.

Otras suertes que también llegaron a representarse son el Salto de la garrocha, ya representado por Goya en algunos de sus grabados, donde el torero se levanta sobre una vara y salta por encima del toro.

Tres piezas componen esta escena, el torero, la barra o garrocha y el toro en posición de embestir. Es un conjunto frágil, con cuatro puntos de soldadura, dos para las manos del torero y otros dos para el toro en cuerno y entre las patas delanteras. A continuación vemos el molde de la figura, a la cual se le debía doblar el brazo en caliente. Observamos que además de la colada, el grueso del material que llena la boca o chimenea, hay un vacío cilíndrico por donde se pone el punzón que reserva un espacio en la zona del cuello para implantar después la cabeza.

En las dos fotografías que siguen vemos los dos moldes necesarios para conseguir la figura del torero con la capa caída. Vemos en el primer molde como un brazo queda cortado y como el punzón penetra por la parte del cuello para dejar el espacio necesario para poner después la cabeza.


Con el segundo molde se realiza el brazo del que cuelga la capa. Con la capa y los dos pies se consigue una buena base para la figura. Observamos que las etiquetas llevan una numeración, ésta en algunos es doble, puesto que al ser estas figuras casi centenarias han tenido diferentes referencias según las fechas de inventario de moldes. El molde que vemos a continuación muestra la figura del torero de paseillo. Apreciamos en el molde que la entrada para el punzón del cuello ha sido anulada y que en su lugar se ha añadido la cabeza, que obtura parcialmente la entrada de material. En este caso es una de las figuras que se sustentan sobre peana.


En este molde del torero citando por la derecha vemos también como la entrada del punzón para el cuello ha sido anulada y se ha grabado posteriormente la cabeza. En este caso figura y capa salen juntas y sustentan correctamente la posición. En el molde que vemos a continuación, para la figura del torero con la capa detrás, se mantiene la entrada para el punzón del cuello, mientras que la entrada de material se bifurca para alimentar el cuerpo y la capa.


Esta figura, el torero con la capa detrás y la cabeza girada, no aparece en el catálogo de 1914, suponemos fué una incorporación posterior.

Es el molde superior un molde complejo, lleva un postizo entre los brazos que permite que el plomo los defina y luego éste fluya para dar forma a la capa.
Siguen dos moldes para los banderilleros. Si observamos la fotografía del catálogo los hay en tres posiciones: banderillas altas, banderillas al frente y banderillas bajas. El torero con las banderillas altas se sustenta sobre peana mientras que el que las lleva bajas tiene un postizo en uno de los pies para que pueda sostenerse y dar mayor agilidad al movimiento.


Si observamos la fotografía en blanco y negro del catálogo de La Guerra de 1914, veremos que hay un tercer banderillero con las banderillas levantadas y dirigidas al toro, esta figura no tenia un molde propio, sino que se hacía a partir del molde de banderillas bajas, levantando los brazos en caliente.
A continuación vemos los dos moldes para la figura del Tancredo, un molde para dos cabezas y otro molde para el cuerpo sobre la peana. La suerte del Tancredo tuvo su momento en la primera década del s. XIX. Luego fue prohibida. Picasso la inmortalizó en algunos de sus grabados al aguafuerte sobre el tema de la tauromaquia.


A continuación vemos los grupos de jinetes y caballos. Los caballos son tres, el del picador en acción en la plaza, el de paseo del picador, el único con peana y el de paseo del alguacil o alguacilillo.


Es posible que existiera más de un molde para la figura del jinete picador. La que sale de este molde tiene el cuerpo ligeramente girado, como para facilitar después el soldado de la pica, mientras que el que vemos pintado, que monta el caballo de paseo, parece tener las piernas más juntas y la espalda más derecha. A continuación vemos el molde de las picas que llevan en la zona central la mano incluida, preparado para soldar al brazo del jinete picador.

A continuación vemos los dos caballos con los que efectuaban el picador y el alguacil el paseillo al inicio de la corrida. El primer caballo es el del picador, que se sustenta sobre una peana. El segundo, más grácil y sin peana es el del alguacil, fijémonos que las riendas no forman parte del molde, sino que el molde tiene una perforación para poner un pequeño punzón en el momento de la fundición y por allí se pasa luego un alambre que hace las veces de brida.


El molde que vemos debajo corresponde al jinete del alguacil, vemos la botonadura en la parte derecha.


En la imagen superior vemos una de las tres partes que constituían el molde para cabeza de torero tamaño bulto, hay un total de diez cabezas: dos como vemos descubiertas, otra entre medio que es la del alguacil, vienen después dos más de picadores y las cinco restantes son cabezas que llevan la montera.
EL ARRASTRE
Pasamos al final de la corrida, después de la muerte del toro. El arrastre tal como lo vemos en la fotografía del catálogo constaba de cuatro caballos, cuatro mozos que llevan los caballos y otro mozo que los hostiga con un látigo. Los caballos eran muy semejantes a los que formaban parte de la cuadriga de romanos. El arrastre se vendía con el conjunto de figuras del toreo, como hemos visto en la caja nº 4, o bien por separado como Serie.30. En la caja nº 1 vemos dos caballos, dos mozos que tieran, uno con látigo y el toro muerto, mientras que en la cada nº 2 son tres los caballos, cinco el total de mozos y el toro. De los caballos observamos dos posiciones diferentes.



El molde para el mozo está compuesto de tres piezas que vemos en la fotografía, más el punzón para el agujero del cuello.

Existía un molde para cinco cabezas de mozos de arrastre, un casquete semi cónico, pero en algunas fotografías se ve al mozo que hostiga el látigo con una cabeza como la que se muestra en el molde superior.

Este caballo es uno de los dos modelos de caballo que forman el arrastre. Unos llevan la cabeza más alta y recta y otros la llevan girada. Los dos moldes para estos caballos fueron transformados más tarde en moldes para la cuadriga de romanos.

Vemos en la fotografía superior una composición del arrastre con dos caballos. La imagen pertenece a una de las vitrinas del Museo FIJAS de Sepúlveda, ya mencionado en el apartado de Museos. Como vemos en el letrero está atribuido a Capell y fechado en Barcelona en los años 40, datos que posiblemente correspondan a la fecha de fabricación y compra, pero ya hemos visto en la fotografía del catálogo de La Guerra que ya se fabricaba el año 1914.
Hemos contabilizado un total de 22 figuras, con aproximadamente 30 moldes. Recordemos que algunas de las figuras, como el torero de banderillas bajas y medias parten del mismo molde. Los moldes de cabezas, espadas, bolea, picas y otros complementos vienen a cerrar el cómputo.
Las plazas de toros
Tenemos noticia de su creación por el artículo sobre la empresa «La Guerra» en la revista «La Juventud Argentina» del año 1917. Dicha revista conmemora la exposición de fabricantes de juguetes que se hizo en el recinto de la Escuela Industrial de Barcelona. Entre las fotografías, sobre el epígrafe «Una vista parcial del taller», podemos ver al propio Casanellas sentado al fondo y en un plano más próximo, entre otros trabajadores, a su sobrino y continuador Josep Capell Coixet que en aquel momento tendría 18 años.

Casanellas en 1917 ya había lanzado al mercado las plazas de toros, de las cuales solo tenemos testimonio de las que se hicieron para el tamaño bulto o 45 mm. Se servían con las figuras cosidas, a veces planas y a veces de pie, con mayor o menor número de figuras.

Las plazas eran de cartón, una litografía en el fondo representa el toril, el palco de las autoridades, el público, algunos toreros y los mozos, mientras que el ruedo puede verse en algunas imágenes sin decoración o bien en algunos casos representa la bandera española. Veremos ahora una fotografía en color de una plaza con menos figuras

La difusión de este tipo de plaza fue muy grande en España y en el extranjero. No siempre se ha sabido reconocer la atribución correcta, como pasa en la fotografía inferior, atribuida a otro fabricante. Si analizamos en detalle la litografia que representa el público en las gradas, veremos como aparece la marca LA GUERRA . En esta foto podemos observar alguna anomalía, como por ejemplo que el Alguacil, el jinete vestido de negro que está en el interior de la plaza, debería dejar su lugar al picador con la vara, que es quien debe estar en la plaza haciendo su faena.


Todas las cajas de plazas de toros que vendieron Casanellas y después Capell llevaban esta litografia como fondo del público, con la marca «LA GUERRA». Hemos visto cajas en museos y colecciones particulares que nos son atribuidas, pero que no son como estas, aunque las figuras sí lo son. Deducimos que otros, compraron las figuras por separado y montaron estas cajas diferentes con nuestras figuras, atribuyéndolo todo a Casanellas o a Capell.

La fotografía superior muestra una plaza de toros y un grupo de toreros que se atribuyen ambos a Capell o a Casanellas. La plaza es idéntica a las que utilizaba Teixidó, otro fabricante de juguetes de Barcelona. Respecto las figuras que vemos no son nuevas, han sido «jugadas», el nombre que damos a una figura cuando su desgaste es el testimonio de que ha cumplido su fin, el juego. También observaría que los colores con los que están pintadas las figuras no responden del todo a las gamas cromáticas más propias de nuestra firma. Esta plaza y otras muchas figuras y composiciones sobre el toreo pueden encontrarse en el mencionado Museo FIJAS de Sepúlveda.
Tamaño Extra
Entendemos por tamaño Extra el que toma como referencia una medida aproximada para las figuras de a pie de 54 mm. En el catálogo de La Guerra, página 22, ya encontramos las figuras básicas de esta serie, la nº 36, apreciando en ellas gracias al tamaño posiblemente, un mayor dinamismo, especialmente en el caballo y jinete del picador. Las diez figuras diferentes son: dos toros, uno parado y otro embistiendo, el «monosabio» o mozo con la oreja del toro en la mano, un caballo de picador frenando con el picador en acción, un banderillero en posición de ataque, el torero con la capa recogida para el desfile inicial, y tres toreros, dos citando con la muleta frontal y de lado y el tercero con el estoque. En las fotografías del catálogo vemos que las cajas componen grupos repitiendo algunas de las figuras.

Con posterioridad se añadieron otras figuras para dar mayor vistosidad al conjunto, como el caballo de paseo para el alguacil y para el picador con sus respectivos jinetes. Así en total el número de figuras diferentes de la Serie Extras sumaría un total de trece modelos. Todas las cabezas del tamaño Extra se fabricaban con un solo molde, la base del cual vemos a continuación con algunas de las piezas y su colada. Vemos las monteras a las que debía seguir la cabeza del torero, a la derecha la cabeza del picador y la del alguacil junto con las plumas que decoraban su tocado.

El que sigue debajo es el molde para el torero extra con el estoque. El estoque y las banderillas se fundían en otro molde.


Las banderillas del torero Extra no iban incorporadas en el mismo molde con la figura, como hemos visto en los toreros de tamaño bulto, sino que se fundían aparte junto con el estoque y la mano en otro molde.

También, como en el tamaño bulto, los cuernos del toro se fundían aparte, son los mismos para el toro parado y para el toro embistiendo.


Vemos arriba las dos figuras del toro, embistiendo y parado. A continuación el medio molde del jinete picador.

La figura del monosabio, el auxiliar del picador en la corrida, que le ayudaba a montar y sujetar el caballo en los momentos difíciles, salía del molde ya con la cabeza y otro elemento que se soldaba a la mano que está baja.


El caballo del picador es quizá la figura más dramática de esta serie. El molde es también muy complejo, lleva muchas partes postizas para definir tanto las orejas como las el encaje de todas las patas. En la zona de la cabeza incorpora un punzón que debe dejar el espacio para pasar el alambre de las riendas. Los estribos se fundían aparte. En este molde vemos una rectificación de conducto de entrada de material, el primero que era vertical y paralelo al punzón para el asiento, fue anulado y se hizo una segunda entrada lateral que facilitara el acceso del material a todas las partes del molde. Vemos que el caballo no lleva protección, ésta no fue obligatoria hasta 1927 en la época de la Dictadura de Primo de Rivera. Estas antiguas figuras del toreo, tanto las de Bulto como las Extra, nunca incorporaron el protector, como sí hicieron otros fabricantes.

En la fotografía superior vemos los dos jinetes que van montados sobre el caballo de paseo con que se inicia la corrida, el picador y el alguacil, en tamaño Extra. En la fotografía inferior medio molde y figura del torero del paseillo.


Se hicieron moldes para algunas figuras que complementaran la serie del toreo, pero no tuvieron una gran comercialización. En la fotografía superior vemos partes del molde y la figura de un caballito encabritado.

En el Museo FIJAS de Sepúlveda podemos encontrar todas las figuras que forman la escena de la corrida en tamaño Extra.